Esta inmensa trinchera natural separa el núcleo urbano de El Pueblo de Tijarafe del vecino barrio de El Jesús. Debe su nombre a los agujeros naturales que la erosión ha tallado en sus laderas y que los locales conocen como juras. El viajero francés René Verneau, que lo recorrió a finales del siglo XIX, dejó escrito que una de estas aberturas, hoy desaparecida, servía para cruzarlo de lado a lado. Así que el actual sendero GR 130 sigue atravesándolo, pero esta vez por el cauce. Por el interés paisajístico que aportan estas peculiares formaciones geológicas, el Barranco del Jurado es un Espacio Natural Protegido. Ya en la costa, donde se encuentra con el mar, forma una pequeña cala de arena y callaos a la que también da nombre.