Este camino comienza del lugar conocido como Tierras Viejas, unos metros por encima del Centro de Enseñanza Obligatoria de Tijarafe, y llega hasta el Mirador de Garome. Durante el camino puede verse la casa de Pedro Pérez, que representa un ejemplo ideal de la arquitectura indiana adaptada al medio rural. A medio camino, tras pasar la Cuesta de los Espinos encontramos la Cruz de los Espinos en cuyo honor se celebraba una fiesta de cruces en la misma calzada del camino real. Un poco más adelante podremos disfrutar de las vistas desde el Mirador de La Baranda situado frente al Pino de La Baranda. Ambos llevan el nombre de la antigua baranda de madera de tea que, a modo de balcón, se abría sobre el abismo del barranco y servía de soporte al camino. Todavía hoy se conservan algunos travesaños con huecos rectangulares donde iban hincados los palos que hacía de baranda sobresaliendo por debajo del camino. Casi al final del trayecto podemos ver la Cruz de Tinizara, tristemente famosa por la muerte cruenta de Manuel Barreto Hernández en 1933, en una fiesta de las cruces. El sendero finaliza en el Mirador de Garome. Bajo este mirador se encuentra uno de los reductos más bellos de barbusanos de la isla. En las oquedades más sombrías de las escarpadas laderas del barranco crecen unos cuantos ejemplares de este árbol, que en unas ocasiones encontramos asociado a la laurisilva y en otras dentro de una vegetación termófila más seca. Sus frutos son un importante reclamo para muchas aves entre las que destaca la paloma rabiche. La espléndida visión de la impresionante cuenca inferior del Barranco Garome, magnífica frontera natural entre los municipios de Tijarafe y Puntagorda, reconfortan al caminante y le invita a contemplar uno de los atardeceres más bellos de la isla.