La Traviesa, que hoy conocemos como el sendero homologado PR LP 10, fue en su momento uno de los caminos más transitados de La Palma. Comunicaba toda la comarca en el límite entre el pinar y los campos de cultivo, facilitando el trasiego de ganado y de materias primas como la madera o las acículas de pino. La Fuente de Trajocade era una de sus paradas más importantes, puesto que, además de ofrecer agua a los animales y a sus dueños, servía además como lavadero comunitario.