La personalidad del edificio religioso más importante de Tijarafe viene marcada por su espadaña. La estructura que sostiene su doble campanario está en la parte trasera y fue una de las últimas incorporaciones al edificio, pero convierte a su silueta en inconfundible. Por eso es uno de los símbolos más queridos del municipio. En el interior del templo la mirada se desvía siempre hacia el grandioso retablo diseñado por Antonio de Orbarán, el artesano más reconocido del estilo barroco en Canarias. Por su estructura en cinco calles, que por la disposición de las esculturas parecen once, es único en el Archipiélago. En cuanto a la imagen titular, se trata de una talla del siglo XVI y origen flamenco, cuya presencia en el templo está documentada desde al menos 1530. A estas alturas, y con semejante repertorio artístico, no sorprenderá saber que Nuestra Señora de la Candelaria ha sido declarada Bien de Interés Cultural, el máximo nivel de protección que reconoce la legislación canaria.
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